miércoles, marzo 08, 2006

Era obscura la noche y la joven caminaba con paso presuroso por las calles desoladas.
Andaba nerviosa, preocupada y perseguida. Tenía claro a donde iba, pero no lo que encontraría, lo que tendría que hacer, ni que si al otro día iba a ver un nuevo amanecer. Pero si sabía que hacía lo correcto.

Era tibia el alba y los rayos del sol acariciaban la piel de la pequeña niña que jugueteaba entre las sabanas con su mente en el mundo real, pero aún lo suficientemente dormida como para decir te quiero. Ella tenía sueños que nadie podía frenar; ilusiones que compartía conmigo. Quería brotar como una flor, abrir alas, volar. Cruzar el cielo y ser feliz.

Una ninfa jugaba con mi corazón, lanzaba mi alma al vació cuando me salvó una mano suave como los pétalos de una rosa y me coronó en un palacio lleno de joyas, tapizado en las más finas alfombras y alumbrado con lámparas estelares.

Esa mano no era de un ángel, pero era divina. Ella no era un gigante, era aún mas grande. No era un cielo, pues era mortal. No era un sol pues era alcanzable. La maravilla mas deslumbrante. Esa mano era de una mujer. La mano de la criatura mas hermosa de la creación. Sacada del barro y pulida con esmeriles de cristal y mar.

La joven caminaba de su trabajo a su casa. Ella llevaba remedios para su pequeño hijo, su vida, al que le dio una repentina fiebre mientras dormía. Nadie la apoyaba pero ella luchaba. Nadie la apoyaba pero ella sabía que hacía lo correcto.

Esa niña soñaba y lo mismo que yo. Ser un día como su madre, que la tuvo con dolor, que la crío aún con mas sufrimiento. que parió piedra en cuero de bebé y creó una hermosa escultura parecida a los dioses del Olimpo.

Una mujer es un regalo.
El Mejor regalo.

Día internacional de la mujer.


No es solo este día el que se dedique a ustedes.
yo se los dedico todos.
y le agradezco al Padre por ustedes.

Saludos!!

Y hasta pronto...